CIERRE Y ACHIQUE DE TAMBOS EN MEDIO DE LA CRISIS.
Estas situaciones son cada vez más claras en el sector primario, con un deterioro de precio y condiciones que se llevaron desde el inicio de 2017 a casi 500 tambos, según datos oficiales.
Al 5 de septiembre de este año, se registraron 10.731 Renspa, los cuales son notablemente menos que los de 2017, con 11.326 tambos.
Una crisis eterna que ya es un estado de situación. El tambo en deterioro, los que se achican o deciden dejar la actividad son casos comunes hoy por hoy, sobre lo cual se disponen datos oficiales.
Si bien no se relevan absolutamente todas las industrias, ni todos los tambos, a través del Sistema Integral de Gestión de la Lechería Argentina, se registra a la mayoría de los integrantes de la cadena y es por esto que se puede corroborar el deterioro en el eslabón primario.
A partir de lo relevado por el Senasa, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina trazó un claro mapa de la situación. Al 5 de septiembre de este año, se registraron 10.731 Renspa, los cuales son notablemente menos que los de 2017, con 11.326 tambos, decreciendo en 5,3 por ciento el total, con 595 unidades, a lo largo de 17 meses. Se destaca que en un período analizado entre los meses de marzo, son 420 los tambos que cerraron, alcanzando 3,7 por ciento menos, aunque desde la Dirección Nacional de Lechería se intente negar o relativizar el tema.
El informe del OCLA pone de relieve que “la tasa anual para los últimos diez años es de -0,7% y para los últimos 30 es de -3,4%. A pesar de su importante magnitud y de lo que ello implica fundamentalmente en términos sociales, la tasa de ceses es inferior a la que se registra a nivel promedio de la lechería mundial que se encuentra por encima del 4% anual”.
Los datos oficiales explican que “en el período 2014 a 2018 donde concurrieron factores muy adversos para la lechería de Argentina: 1) “la tormenta perfecta” en la lechería mundial (2015-2016), 2) dos inundaciones y una sequía y 3) la influencia de la macro en el sector: inflación, retraso cambiario, presión impositiva, costo del dinero, costos internos, falta de infraestructura, etc, vemos que el número de tambos disminuyó en 775 unidades (194/año) a una tasa anual del -1,7%”, siendo Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires las más complicadas. Santa Fe concentra la mayor cantidad de tambos, 3.680 y el 34,3 por ciento del total nacional, en tanto que Córdoba lidera el listado de mayor cantidad de animales por tambo, con el 34 por ciento.
Finalmente, para entender el impacto social de la actividad se debe mencionar que el 52,8 por ciento de los tambos ordeñan menos de dos mil litros diarios, aportando el 18,6% de la leche total, mientras que los de más de diez mil litros diarios sólo representan el 3,3% del total, aportando el 19,2% de la materia prima diaria. “Los 360 tambos más grandes que producen un promedio de 15.445 litros diarios en promedio, aportan la misma cantidad de leche que los 5.800 tambos más pequeños que producen en promedio, menos de 2.500 litros de leche por día”, tal como enuncia el OCLA.
Durante todo el fin de semana, el sector lechero debatió este tema en twitter, pero gravitando entre las carencias de la política y el impacto incluso en la educación rural. Esto no es exclusivo de la administración actual, sino que es parte de la historia, quizá por la mansedumbre que caracteriza al sector primario y la sumisión identificatoria de la industria.