Del campo a la picada: desarrollan un snack saludable a base de maíz.
Una tradicional empresa agropecuaria pensó en cómo agregarle valor a su producción. Luego de un intercambio con el INTI logró un producto con gran potencial en el mercado interno y externo.
La semana pasada tuvo lugar una nueva edición de la Feria Internacional de la Alimentación Rosario (FIAR), evento durante el cual especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrollaron una ponencia respecto a las tendencias de la industria agroalimentaria y cómo la entidad estatal colabora para que las empresas argentinas se acoplen a las mismas.
Fue así que pudo tomarse conocimiento de varios emprendimientos innovadores, uno de los cuales es un proyecto para fabricar un snack saludable a base de maíz, producto que en el país solo se consigue a través de un proveedor español.
El responsable detrás de la iniciativa es Peter Hyland, titular de una tradicional explotación agropecuaria de 40 hectáreas en la zona de Colón (Buenos Aires). Entusiasmado por salir del esquema de commodities, se acercó al INTI con la idea de agregar valor a su cosecha a través de la producción de un alimento que no entendía por qué debía importarse siendo que Argentina tenía todas las características para fabricarlo.
"Llegamos con nuestra inquietud y en menos de cuatro meses estábamos teniendo el producto terminado, con una receta y con una solución a nuestros problemas", contó a Agrofy News Hyland, quien afirmó que el suyo es un producto sin tacc, sin transgénicos y sin alérgenos. La entidad dependiente del Ministerio de Producción nacional les facilitó las instalaciones del Parque Tecnológico Miguelete, desde donde funciona el área que colabora con las pymes en el desarrollo de nuevos productos.
Erica Stacey es subgerenta de Tecnología de Alimentos del INTI. En diálogo con este medio explicó que el del snack saludable es solo uno de los proyectos que nació en el marco de una iniciativa pública privada que cobró mayor vitalidad a partir de este año, con la aprobación de un nuevo organigrama que pone el eje en la innovación.
"Una de las tendencias que observamos en nuestro sector que los consumidores destacan la pureza de los alimentos. Ya no queremos una bomba de grasas o azúcares, así que si bien no queremos privarnos de picar algo antes de la comida, mejor si son saludables", ahondó, en sintonía con las palabras de la directora nacional de Alimentos y Bebidas Mercedes Nimo: "Las personas priorizan la salud, felicidad y simplicidad y gastarán más en conseguirlos".
Paso a paso
Una vez con la receta en la mano, Hyland fue acompañado por el INTI a participar de la feria AlimentAr, donde logró un gran éxito en la generación de contactos y posibles intercambios comerciales. Para transformar ese interés en ventas concretas debió ponerse a trabajar en el armado de una planta que le permita producir a escala y cumplir con los compromisos. Ese proceso llevó más de un año y recién ahora, con los planos y números en la mano, tiene la capacidad de definir cómo y cuándo podrá poner su producto en las góndolas del país y el mundo.
"Hoy tenemos dos posibles modelos. La opción de máxima es una fábrica absolutamente robotizada con capacidad para procesar hasta 600 toneladas anuales, la que demandaría una inversión mínima de un millón de dólares. La alternativa es un galpón más chico, que pueda producir 170 toneladas e incluya mano de obra en la línea. Esa rondaría el medio millón de dólares", contó Hyland, titular de la pyme familiar Talismán Viejo SA.
Aunque el actual esquema de tasas altas dificulta el acceso a financiamiento conveniente, el empresario está convencido que para finales de año ya podrían estar con la planta lista. Hoy piensa en cuatro sabores (maíz clásico saborizado con sal y las variantes picante, barbacoa y mostaza y miel) pero ya imagina una segunda etapa, realizando el mismo proceso con arvejas y garbanzos.
En el momento que las máquinas comiencen a entregar los primeros productos, Hyland comenzará a despachar pedidos hacia todo el país. Se calcula que hoy ingresan al país unas 250 toneladas de maíz frito, una cantidad que podría ser gradualmente reemplazada por mercadería nacional.Luego vendrá la etapa del comercio exterior, un sector igualmente atractivo ya que a la fecha Hyland cosechó relaciones con potenciales clientes de Brasil, Uruguay, Chile, China, Japón, Estados Unidos y Finlandia, entre otros destinos.