BRECHA DE PRECIOS: EN GÓNDOLA SE PAGÓ 5 VECES MÁS QUE LO QUE COBRÓ EL PRODUCTOR.
Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa señalaron que este índice creció un 2,9% en julio. La desigualdad fue impulsada por la carne de pollo, pimiento, entre los principales.
La brecha de precios entre el productor y góndola continúa en aumento, en julio se registró un un incremento de 2,9%. De esta manera, el estudio realizado por laConfederación Argentina de la Mediana Empresa reveló que la participación del productor en el precio fue del 23,7%.
En promedio, el consumidor final pagó 5,15 veces más de lo que cobró el productor en el campo. Desde CAME sostuvieron que el aumento fue suave pero sostenidos en valores elevados. En este sentido, los principales productos que generaron este incremento fueron pera, berenjena, pimiento rojo y carne de pollo.
El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) estudia 25 alimentos de la canasta familiar, de los productos analizados 13 sufrieron un aumento en la brecha y 12 tuvieron una reducción. Con estos valores, la participación del productor en el precio final se redujo 1,7%, a 23,7% promedio.
Mayores y menores brechas
Los productos con mayores disparidades en julio continuaron siendo los orientados al mercado externo: la pera, donde el valor se multiplicó por 11 veces desde que salió del campo, el limón con una multiplicación de 10,6 veces, la naranja 9,2 veces y la manzana roja 8,0 veces.
Entre los alimentos que pasaron este mes al rango de brechas altas, se encuentran la lechuga 6,9 veces, el arroz 6,6 veces, y el pimiento rojo 6,0 veces.
Los productos con menores desproporciones en el mes, en tanto, fueron: la frutilla, donde los costos desde que salieron de la chacra apenas se multiplicaron por 1,94 veces logrando una brecha baja, seguido por el tomate 2,34 veces, el huevo 2,45 veces y la papa 2,82 veces.
En el caso de la carne de pollo: la diferencia pasó de 2,39 en junio a 3,3, subiendo 0,9 veces (38,1%). Desde CAME comentaron que la variación en ese alimento se da por dos cuestiones: por un lado, un aumento de casi 20% en el importe de góndola, y por otro, una caída de 13% en los desembolsos al productor.