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MÁS DE 11 MILLONES DE PERSONAS EN LATINOAMÉRICA ESTÁN AL BORDE DE LA HAMBRUNA

El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés), David Beasley, alertó este miércoles de que más de 11 millones de personas en Latinoamérica están sufriendo la falta de alimentos, una situación que se agravó recientemente por la pandemia de coronavirus.

«La pandemia de COVID-19 ha sido devastadora en Latinoamérica», manifestó el directivo del Programa de la ONU, al considerar que el virus está agudizando «por encima de cualquier otra cuestión» las condiciones económicas y de subsistencia básicas en el continente.

El directivo, que se encuentra en Ecuador en el marco de una gira que incluye también a Panamá, realizó una visita de campo a la ciudad de Ibarra, en los Andes ecuatorianos, donde pudo conocer de primera mano proyectos de cooperación para población local y migrante.

Se trata de la primera visita que realiza un alto representante de una organización humanitaria adscrita a las Naciones Unidas a Ecuador y del WFP a la región, desde que se inició la pandemia a finales de febrero.

«Solo en las zonas donde el WFP trabaja regionalmente hemos visto un incremento sustancial de más de 11 millones de personas que se sitúan en el abismo de la hambruna», aseveró Beasley. Y advirtió que si no se atiende con urgencia esta situación se producirá más inestabilidad política, migraciones masivas, deterioro económico y mayor número de personas con hambre, «además del propio COVID-19», lo que consideró «una combinación mortal».

Trabajo informal y migraciones

El coronavirus puso de manifiesto la fragilidad del trabajo informal, que en Ecuador representa el 60 % de la actividad laboral, así como la escasez de los recursos económicos o la situación de especial vulnerabilidad de las poblaciones migrantes en toda la región.

«En términos reales nosotros estamos llegando aproximadamente a 400.000 migrantres (venezolanos) en Colombia, en Ecuador a 120.000 y en Perú hemos empezado recién por el COVID y trabajamos con unos 40.000», aseguró el director regional para Latinoamérica y El Caribe del WFP, Miguel Barreto.

La comitiva del Programa visitó la Prefectura de Imbabura, de la que Ibarra es capital, donde mantuvo un encuentro con la autoridad provincial, Pablo Jurado, quien reconoció que aún persisten problemas de xenofobia.

«No es fácil hacer entender a la gente que la migración no es un problema, más bien, nos sirve para el desarrollo de la ciudad», indicó Jurado, antes de un encuentro del representante del WFP con familias de refugiados y emigrantes de Colombia y Venezuela.

De acuerdo a datos del Programa, la población de migrantes venezolanos en Colombia, Ecuador y Perú con inseguridad alimentaria moderada y severa subirá de 1,4 millones en 2019 a 1,9 este año a causa de la pandemia, «una situación crítica que requiere de atención urgente».

Llamado de atención sobre América Latina

El objetivo de la visita del máximo responsable del WFP en plena pandemia de coronavirus fue llamar la atención sobre la situación apremiante en Latinoamérica y El Caribe, a fin de poder articular acciones con los gobiernos locales y fortalecer los sistemas de protección social enfocados en la seguridad alimentaria.

En este contexto, Beasley indicó que no se pueden afrontar únicamente los efectos del COVID-19 por un lado, y el hambre por el otro, sino que «deben ser abordados conjuntamente», y llamó a actuar «ahora y sabiamente», para evitar una catástrofe humanitaria. «Si lo hacemos bien podemos salvar vidas, si no lo hacemos bien la gente morirá», concluyó.

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